El día 6 de febrero se conmemora el Día Internacional de Tolerancia 0 contra la Mutilación Genital Femenina
(MGF), que afecta aproximadamente a 200 millones de mujeres y niñas
en todo el mundo, constituyendo una grave violación de los derechos humanos, una
forma de violencia de género, de maltrato infantil, y una muestra extrema de la desigualdad de poder entre hombres y
mujeres. La práctica atenta contra los derechos sexuales y reproductivos de las
mujeres y les niega su derecho a la salud y a la integridad del propio cuerpo.
La
MGF consiste en la escisión y daño del tejido genital femenino normal y sano y
tiene graves consecuencias para la salud en todas sus dimensiones (física,
psicológica y sexual) pudiendo en ocasiones conllevar la muerte. Estas
consecuencias dependen del tipo de mutilación que se practica, de las condiciones
en que las que se realiza y del estado de salud preexistente de la niña o mujer
y pueden manifestarse tanto en el momento en que se realiza como
posteriormente, acompañando a las supervivientes a lo largo de toda su vida.
En
la esfera física produce dolor, hemorragias, anemia, infecciones localizadas,
problemas urinarios y ginecológicos, septicemia, complicaciones obstétricas,
etc.
El
impacto emocional de la MGF en la niña puede manifestarse en forma de cambios
de su comportamiento habitual (retraimiento, tristeza, ansiedad, miedo o
terror, vergüenza o humillación y/o estados depresivos) y condicionar su
actitud en la vida adulta ante todo aquello que le recuerde esta experiencia.
Aunque la MGF se realiza
principalmente en 30 países (esencialmente del África subsahariana, pero
también en otros países como Egipto, Yemen o Indonesia), el porcentaje de
mujeres mutiladas en estos países varía ya que su realización depende del
grupo étnico o la comunidad a la que pertenezca la niña o la mujer.
A
raíz de los movimientos migratorios,
actualmente más de 7000 de mujeres y niñas residentes en la Comunidad de Madrid
proceden de países donde se practica la MGF.
El abordaje del problema es una
cuestión muy compleja y ha de contemplar necesariamente la perspectiva de
género, teniendo en cuenta las necesidades de las mujeres y las niñas
y dicha perspectiva.
Muchas mujeres inmigrantes pueden sentir ambivalencia por el conflicto de lealtades entre la obligación de someter a sus hijas a la MGF, que impone su sociedad de origen, y el rechazo por la vulneración de derechos que supone en la sociedad donde residen.Tomar conciencia de que es perjudicial para la salud de sus hijas, puede dar lugar a sentimientos de culpabilidad, hecho que es necesario tener en mente para no revictimizar a estas mujeres.
Muchas mujeres inmigrantes pueden sentir ambivalencia por el conflicto de lealtades entre la obligación de someter a sus hijas a la MGF, que impone su sociedad de origen, y el rechazo por la vulneración de derechos que supone en la sociedad donde residen.Tomar conciencia de que es perjudicial para la salud de sus hijas, puede dar lugar a sentimientos de culpabilidad, hecho que es necesario tener en mente para no revictimizar a estas mujeres.
Las y los profesionales
sanitarios debemos prepararnos para atenderlas adecuadamente, paliar las
consecuencias de esta práctica y prevenir nuevas mutilaciones. Para ello se
requiere un trabajo de sensibilización con la comunidad y de formación de
los profesionales de salud, que haga posible intervenciones preventivas
eficaces.
Tenemos
la oportunidad y la obligación de intervenir para que no sean mutiladas más niñas,
lo que hace fundamental establecer un diálogo con las familias, informándoles
de en qué consiste la mutilación, de los problemas que ocasiona, y de la
prohibición que establece la legislación española, no limitándonos
exclusivamente a transmitir información sino realizando entrevistas motivadoras
para la acción. Esto implica que las intervenciones individuales que se
realizan desde las consultas deben ser complementadas con otras acciones realizadas
en el ámbito comunitario destinadas fundamentalmente a la prevención.
Desde el año 2014, en la Comunidad de
Madrid, existe la Red contra la MGF liderada por Médicos del Mundo en la que
participan distintas organizaciones gubernamentales, no gubernamentales y
sociedades científicas cuyo objetivo es poner en común los conocimientos y
recursos existentes en la prevención de la MGF y trabajar de forma coordinada
en actividades de sensibilización, prevención y formación de los
profesionales sociosanitarios y de las propias comunidades afectadas.
Uno de los trabajos de la Red
ha sido la realización de una “Guía de
actuaciones sanitarias para la prevención de la mutilación genital femenina en
la Comunidad de Madrid” que proporciona herramientas para que las y los
profesionales sanitarios podamos desarrollar una intervención integral y de calidad.
Contiene recomendaciones no
solo para la actuación profesional en la prevención y el abordaje de la
Mutilación Genital Femenina en consulta, sino que también contiene claves para enfocar
el abordaje comunitario, ya que desde una visión de Salud Pública, para
prevenir la MGF es necesario e imprescindible un trabajo coordinado con
otros sectores (educación, servicios sociales, asociaciones civiles,
servicios jurídicos, de seguridad…,) así como la participación de las
comunidades afectadas y las organizaciones de mujeres de la propia
comunidad. La implicación de las familias, de los hombres, de las mujeres y de los
agentes claves de la comunidad (jóvenes o líderes religiosos y sociales) en el
trabajo preventivo es fundamental. Diseñar intervenciones preventivas sin
escuchar sus voces llevará en la mayoría de las ocasiones a un fracaso de las
mismas.
Luisa
Lasheras
Marisa
Pires
Marisa
Martínez
Promoción de
salud desde el feminismo
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