Antonio Lorente |
El suicidio es una causa
importante de muerte y de años de vida perdidos en personas jóvenes, siendo
la 2ª causa de muerte no natural entre los 15 y los 25 años. Ya en el año 2008,
el número de muertes por suicidio superó a las producidas por accidentes de
tráfico, produciéndose unos 3500 suicidios al año.
Se suele
asociar el suicidio a la presencia de enfermedad mental, y esto es porque
aproximadamente un 90 % de las personas que se suicidan presentan algún
trastorno, siendo mayor el riesgo si se padece depresión, trastorno bipolar,
esquizofrenia, trastorno límite de la personalidad y si se consumen sustancias
psicoactivas, alcohol y otras drogas. Otros factores de riesgo señalados por la
Organización Mundial
de la Salud (OMS) son la violencia, las pérdidas y diversos factores
culturales y sociales.
La prevención del suicidio es una
necesidad a nivel mundial
que no se ha abordado adecuadamente, quizá por la falta de sensibilización
hacia este problema y por el tabú que sigue existiendo, que hace que no se
pueda hablar abiertamente de ello. Exige además, una intervención intersectorial, con la participación de no solo el
área de la salud, sino también de otros sectores como educación, el entorno
laboral, seguridad y justicia, política, medios de comunicación, etc.
Algunas estrategias
que propone la OMS para disminuir el riesgo son la
restricción del acceso a los medios utilizados como sustancias tóxicas y armas
de fuego; el diagnóstico precoz de las personas que padecen trastornos mentales
y consumo de sustancias; la mejora de los servicios de salud y de servicios
sociales; y hacer una cobertura responsable en los medios de comunicación de
las noticias sobre suicidio.
En el
año 2018, el Ministerio de Sanidad,
empezó a dar los primeros pasos para desarrollar una estrategia nacional de
prevención de la conducta suicida, cuyo objetivo principal es la visibilización
y la sensibilización y cuenta con la participación de asociaciones de pacientes
y colectivos sociales y profesionales.
La Comunidad
de Madrid tiene en su página web algunos documentos interesantes en
relación a la prevención del suicidio:
- Informe sobre la conducta suicida del año 2010, que tiene como objetivo conocer la incidencia de este problema en la Comunidad de Madrid y analizar cómo ha sido la atención prestada.
- Guía para familiares de detección y prevención, dirigida sobre todo a familiares de las personas en riesgo;
- Prevención del suicidio, qué puedo hacer, guía de autoayuda
- Guía para la detección y prevención de la conducta suicida dirigida a profesionales sanitarios y facilitadores sociales
- Enséñales a
vivir, guía para la prevención de la
conducta suicida dirigida a docentes.
- Señales de alerta verbales: comentarios negativos sobre sí mismos y su vida, sobre su futuro o sobre la muerte y despedidas verbales o escritas.
- Señales de alerta no verbales: cambio repentino en la conducta, como irritabilidad repentina, o calma después de un periodo de agitación, aparición de heridas o autolesiones, regalar objetos personales, o preparar documentos o cerrar asuntos pendientes.
Por otro
lado, es importante fomentar factores de
protección frente a la conducta suicida, promoviendo factores de protección
personales (habilidades de
comunicación y de resolución de problemas, aumento de la confianza en sí mismo,
actitudes prosociales como la solidaridad, cooperación y amistad), factores de
protección familiar, con familias
con una cohesión muy alta entre sus miembros y factores de protección social, como tener amigos, que
constituye uno de los factores de protección más eficaces.
Si
detectamos en nuestro entorno alguna persona en riesgo, son útiles distintas estrategias preventivas, que se deben
poner en marcha cuanto antes:
- Tener disponible unos teléfonos de emergencia o de petición de ayuda (112)
- Limitar el acceso a los medios lesivos. Por ejemplo, vigilancia de los fármacos o tener cuidado en pisos altos.
- No dejarle solo, involucrando a familiares y amigos y continuar con el seguimiento o ponerse en contacto con profesionales si no lo ha hecho ya.
- Preguntar sobre la presencia de ideas de suicidio y escuchar.
- Autocuidado de la familia y del entorno de la persona con riesgo de conducta suicida.
En
definitiva, este 10 de octubre, no olvidemos la importancia de ayudar a las
personas en riesgo y a sus familias a volver a “conectar con su vida”,
visibilizando y sensibilizando a la población para ir derribando uno a uno los
mitos del suicidio, resaltando el inmenso sufrimiento que produce.
Ana Navea Martín. Psicóloga,
Técnica de Salud Pública
- Entidad sin ánimo de lucro y de interés social que surgió en 1983. En la actualidad, integramos a 18 federaciones autonómicas y asociaciones uniprovinciales, las cuales agrupan a más de 300 asociaciones y suman más de 47.000 socios y socias en todo el territorio estatal.
- Como principales objetivos, en SALUD MENTAL ESPAÑA busca asegurar el derecho de una atención de calidad e individualizada a todas las personas con trastorno mental en el ámbito comunitario, la igualdad de oportunidades para este colectivo, así como la promoción de la salud mental en la población.
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