viernes, 4 de mayo de 2018

La Ayuda Mutua y la Salud



Conocemos de ante mano que el estado de salud individual o colectiva de una población es el resultado de múltiples factores relacionados de forma compleja, en los que intervienen entre  otros  el medio ambiente, la herencia, los usos y costumbres, la cultura, los sistemas de salud y las diversas estructuras de organización social de las personas y los  colectivos.

Desde este enfoque multifactorial y dinámico, las personas y los grupos de personas no son elementos pasivos del proceso salud-enfermedad, sino genuinos y principales protagonistas de su estado de salud.

De acuerdo con lo anterior, se reconoce la necesidad de que los gobiernos diseñen sistemas de salud sólidos y eficientes para mantener y mejorar el grado de salud de los ciudadanos permitiendo a su vez a la población una adecuada y visible participación en la organización y estructuración de los recursos que conforman los sistemas sanitarios, que asegure unas respuestas eficaces, oportunas y socialmente factibles a las necesidad de salud de la población.

En el ámbito europeo se han identificado diversos retos de los sistemas de salud para hacer frente a las demandas sanitarias que incluyen, además de los tradicionales, la necesidad de la equidad de género para solucionar los problemas de salud, el envejecimiento de la población, las adicciones, una prevalencia creciente y sostenida de enfermedades crónicas y degenerativas, la mayor visibilidad de las llamadas enfermedades raras, los problemas de salud importados por poblaciones migrantes y desplazados y el aumento en la prevalencia de los problemas de salud mental y emocional.

Estos retos, como manifestación real de la multicausalidad y complejidad del origen de los problemas de salud, requieren de soluciones creativas y con enfoques no tradicionales que involucren respuestas desde la diversidad de la ecología social. 

Es por esto que la Organización Mundial de la Salud Europa ha recomendado a los gobiernos europeos que se estimule de forma sostenida la participación social y comunitaria como parte fundamental de la respuesta de los sistemas sanitarios a las demandas de salud de la población.

La participación social tiene muchas formas o facetas de manifestación en los sistemas de salud: primero, como parte importante en la planificación de los sistemas, segundo, en la vigilancia y control de los ejecutores y muy importante en la prestación de los servicios, cuando una participación adecuadamente organizada y empoderada es capaz de actuar complementariamente a la organización formal de la prestación de los servicios de salud.

En este punto es cuando cabe destacar lo que se llama o define como Ayuda Mutua, entendida como un proceso protagonizado por la población la cual se organiza en grupos o asociaciones para apoyarse entre sí y tiene cabida a través de todo el proceso de atención desde la prevención primaria hasta la rehabilitación o prevención terciaria.

La Ayuda Mutua se estructura para brindar apoyo cercano cuando aparece o se padece una enfermedad. Todas las personas adoptan diferentes e insustituibles formas de auto atención y ayuda entre iguales, así como la participación directa de éstas en las asociaciones. 

Los procesos asistenciales ni comienzan ni acaban en el sistema sanitario. El cuidado de la salud no es patrimonio del sistema sanitario formal y sus profesionales. La población antes de recibir atención en los centros sanitarios, durante y después, protagoniza procesos de auto atención y ayuda mutua entre iguales, complementarios a los procesos de asistencia formal. Lejos de suponer un problema, constituyen todo un potencial de promoción de la salud que es preciso apoyar e incentivar. Portal Salud de la Comunidad de Madrid.  

Entre iguales, tiene lugar una comunicación de tipo bio-psico-social inmejorable e insustituible por la atención sanitaria formal;  generalmente, cuando los afectados por algún problema de salud requieren de consejos, apoyo emocional y respuestas a sus propias necesidades y tienen en común circunstancias o características de vida entre personas, familia, amigos, compañeros de trabajo, vecinos o grupos de iguales, en estos casos por la patología dada, con frecuencia se dirigen a las Asociaciones de Pacientes.
                                                                    
Cada vez son más las personas que se asocian. En caso de  convivir con una enfermedad crónica o incapacitarte, sean jóvenes, adultos o ancianos, o si alguien del entorno familiar se encuentra en esa circunstancia, es útil conocer, ponerse en contacto o formar parte de un Grupo de Ayuda Mutua (GAM) o de una Asociación de afectados. Los profesionales sanitarios también pueden integrar en su trabajo la complementariedad de estos grupos y tener presente sus objetivos, capacidad de trabajo y direcciones, para poder ofrecer, derivar o apoyarse en ellos con el fin de ayudar a las personas que confían en su trabajo.

Desde el poco tiempo, pero enriquecedor trabajo que llevo realizando en el Servicio de Promoción de la Salud, dentro del programa de Ayuda Mutua, he de subrayar la grandiosa, maravillosa y efectiva labor que prestan las personas que constituyen las asociaciones y grupos de ayuda mutua,  llevada con las disposiciones legales emanadas desde la Consejería de Sanidad.

Conociendo el trabajo que llevan a cabo, propondría un mayor conocimiento de las Asociaciones de Ayuda Mutua tanto en Atención Primaria como por parte de las Universidades, para que con ello se pueda llevar a cabo, incluso, un vínculo de identidad laboral entre las mismas, llegando así a facilitar la convivencia de los entes anteriormente mencionados y los que representan los integrantes de estas asociaciones.

Igualmente deseo que se les permitiera la participación en el diseño de políticas que conlleven a sus afiliados, dentro del sistema socio-sanitario y del Estado de Bienestar, a una mejor estructura participativa donde quepa la opinión ciudadana.  

La conformación de estas políticas están recogidas en la LEY 11/2017, de 22 de diciembre, de Buen Gobierno y Profesionalización de la Gestión de los Centros y Organizaciones Sanitarias del Servicio Madrileño de Salud en su artículo 17 de los Consejos Territoriales de Salud donde se hace referencia a la presencia y participación de las asociaciones vecinales.
 
Por todo ello, es importante que los ciudadanos conozcan la existencia de las asociaciones que en un momento determinado puedan serles de ayuda y así mismo para que los profesionales sanitarios de la medicina, enfermería, fisioterapeutas, trabajadores sociales, gerontólogos conozcan el estupendo recurso humano que congregan estas asociaciones.

Caridad Folgoso Manzur. Técnica en Salud Pública.




La Plataforma del Tercer Sector se constituyó en enero de 2012 para defender, a través de una única voz, los derechos e intereses sociales de la ciudadanía, principalmente de las personas en situación de pobreza o riesgo de exclusión.
Está formada por siete organizaciones representativas del ámbito de lo social: 



A ellas se han unido posteriormente entidades colaboradoras y Plataformas del Tercer Sector de ámbito regional.

La Plataforma está compuesta por veinte organizaciones y representa a cerca de 30.000 entidades del Tercer Sector, de las que forman parte 645.000 trabajadores y 1,3 millones de personas voluntarias.

La Plataforma de la Comunidad de Madrid se incorporó el 14 de junio de 2017.


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