El 13 de junio se conmemora el Día Europeo de la Prevención del Cáncer
de piel, para concienciar a la población de la magnitud del problema e
impulsar estrategias de prevención en la comunidad.
El cáncer de piel con frecuencia se puede evitar, o por lo menos prevenir su aparición en los casos en que su origen esté determinado por largas exposiciones a los rayos ultravioleta solares. Debido a que el cáncer de piel puede verse, se puede detectar en una fase temprana y el principal factor de riesgo, la exposición a rayos ultravioleta (UV), puede reducirse mediante cambios en el comportamiento en relación con el sol.
Las tasas de melanoma han aumentado en los últimos 30 años. La frecuencia del melanoma es 20 veces mayor en personas de raza blanca (2,4%) que en personas de raza negra (0,1%).
El cáncer de piel con frecuencia se puede evitar, o por lo menos prevenir su aparición en los casos en que su origen esté determinado por largas exposiciones a los rayos ultravioleta solares. Debido a que el cáncer de piel puede verse, se puede detectar en una fase temprana y el principal factor de riesgo, la exposición a rayos ultravioleta (UV), puede reducirse mediante cambios en el comportamiento en relación con el sol.
Las tasas de melanoma han aumentado en los últimos 30 años. La frecuencia del melanoma es 20 veces mayor en personas de raza blanca (2,4%) que en personas de raza negra (0,1%).
El riesgo aumenta a medida que las personas envejecen, con una edad promedio de aparición a los 62 años, aunque también es uno de los cánceres más comunes en los adultos jóvenes (especialmente en mujeres).
No se pueden controlar los factores de riesgo determinados genéticamente, tales como poseer una tez blanca, muchos lunares o los antecedentes familiares. Sin embargo, el riesgo de desarrollar melanoma puede reducirse significativamente siguiendo unas medidas de prevención.
La prevención primaria en
el cáncer de piel consiste principalmente en limitar la exposición dañina a los
rayos UV, a través de las siguientes medidas:
➧ Tome el sol con moderación. Si desea
broncearse, hágalo de forma lenta y paulatina, aumentando progresivamente el
tiempo de exposición, evitando la exposición brusca, intensa y directa al sol. Evite las quemaduras solares.
➧ Evite la exposición al sol en las horas centrales del día, especialmente entre las 11 del mediodía y las 4 de la tarde, ya que la radiación ultravioleta alcanza el máximo de intensidad a esas horas.
➧ Cúbrase la piel. La ropa es la mejor protección frente a la luz solar intensa. Utilice prendas holgadas y ligeras. Las camisetas son mejores que las prendas sin mangas. La ropa más oscura ofrece mejor protección que la ropa de colores claros. El material debería ser preferiblemente de un tejido tramado y con protección UV certificada. Es aconsejable utilizar sombrero de ala ancha para proteger cuello, orejas y nariz.
➧ Utilice gafas de
sol de calidad, con cristales protectores frente a radiación UV (tanto A como
B), que también previene la formación de cataratas. Unas malas gafas de sol
pueden producir más daño que beneficio.
➧ Debido a que los
rayos UV se reflejan, permanecer en la sombra cuando se está al aire libre
también puede causar quemaduras solares, salvo que se tomen medidas adicionales
de protección solar. Los rayos UV del sol traspasan las nubes por lo que su
piel puede sufrir quemaduras solares incluso en días nublados. La brisa produce
una falsa sensación de exposición segura al sol al no notar calor. Por ello es
importante seguir estos consejos también cuando estemos debajo de la sombrilla,
en el campo o la montaña, haciendo ejercicio al aire libre o si trabajamos
expuestos al sol.
➧ La crema de
protección solar debe acompañar a las medidas anteriores pero no sustituirlas.
El riesgo de cáncer de piel puede aumentar por la tendencia errónea a pensar
que utilizándola se puede permanecer durante horas al sol. La crema debe ser de
amplio espectro, resistente al agua y con un factor de protección solar (SPF)
del 15 como mínimo. Las personas con ojos azules, cabello
rojo o rubio, con tez clara que se quema con facilidad y a las que les salen
pecas cuando se exponen al sol, presentan mayor riesgo de quemarse al exponerse
de forma inadecuada al sol y, por ello, a desarrollar un cáncer de piel. Por lo
tanto deben utilizar cremas con mayor factor de protección solar (SPF 50). Debe aplicarse una capa abundante por
toda la superficie corporal expuesta unos 15 a 30 minutos antes de la
exposición, con la piel seca, y repetir la aplicación cada 2 horas y después de
cada baño o en caso de sudoración intensa. Utilice también protector labial con
un factor de protección (SPF) de 15 o más.
➧ Algunos medicamentos aumentan la sensibilidad a la luz. Si toma
alguno de ellos, consulte con su médico o farmacéutico antes de exponerse al
sol. Los desodorantes, cosméticos y perfumes pueden causar una reacción
alérgica al sol u originar pigmentaciones permanentes. Por consiguiente,
debería evitarse la aplicación de dichos productos antes de tomar el sol.
➧ Se deben extremar las medidas de
protección en el caso de los niños y de los ancianos, ya que en ambos casos su
piel es muy delicada y existe mayor riesgo de daño por la exposición directa al
sol. Usar cremas con factor de protección solar mínimo del 30. No utilizar
protección solar en niños menores de 6 meses, evitando ponerles al sol
directamente.
➧El uso de cabinas de bronceado debería evitarse totalmente. La Organización Mundial de la Salud considera su uso como un carcinógeno (sustancia que produce
cáncer) demostrado, por lo que lo desaconseja. De hecho, quienes utilizan estas
cabinas tienen un 74% más de posibilidades de desarrollar un melanoma que
aquellas que nunca las han utilizado. Son menos seguras que la exposición al
sol, no sirven para la síntesis de vitamina D y algunos estudios han demostrado
que no ofrecen ningún beneficio positivo para la salud.
➧ No olvidar que hay que beber abundante líquidos para evitar la deshidratación de la piel y del organismo.
La prevención secundaria implica
la detección del cáncer de piel en sus fases más tempranas para un tratamiento
precoz. Esto supone realizar autoexploraciones regulares de la piel (una vez al
mes), conocer los propios factores de riesgo y acudir a la consulta del
dermatólogo regularmente para someterse a un examen de la piel.
También acudiremos al dermatólogo siempre que se observe un cambio en el tamaño, forma o color de los lunares habituales, la aparición de una nueva lesión distinta a otras existentes, o de una herida que no cicatriza.
En resumen, una exposición inadecuada al sol, además de aumentar el riesgo de desarrollar cáncer de piel, provoca un envejecimiento prematuro de la piel y puede causar daños al ADN de las células cutáneas. Está en nuestras manos conseguir una piel más sana y reducir estos riesgos con pequeños cambios en nuestro comportamiento en relación al sol.
También acudiremos al dermatólogo siempre que se observe un cambio en el tamaño, forma o color de los lunares habituales, la aparición de una nueva lesión distinta a otras existentes, o de una herida que no cicatriza.
En resumen, una exposición inadecuada al sol, además de aumentar el riesgo de desarrollar cáncer de piel, provoca un envejecimiento prematuro de la piel y puede causar daños al ADN de las células cutáneas. Está en nuestras manos conseguir una piel más sana y reducir estos riesgos con pequeños cambios en nuestro comportamiento en relación al sol.
María Serrano Martínez. Enfermera familiar y comunitaria
Raquel Martín Gómez. Técnica en Salud Pública
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