lunes, 30 de noviembre de 2015

¿Lograremos doblegar la epidemia del sida?

Se acerca el 1 de diciembre, Día Mundial de lucha contra el Sida, fecha en la se pretende seguir sensibilizando sobre la importancia de la infección por VIH, de sus consecuencias y de la necesidad de incrementar las medidas para frenarla a nivel global.
Se trata de una oportunidad para implicarse desde las instituciones, organizaciones, empresas y la ciudadanía en su prevención y control, así como en garantizar el acceso al tratamiento y la no discriminación a las personas que viven con VIH.

ONUSIDA programa de las Naciones Unidas sobre el VIH/sida, acaba de publicar su informe mundial de este año en el que se refleja que 36,9 millones de personas viven actualmente con el VIH en todo el mundo y que, en 2014, se produjeron dos millones de nuevas infecciones por VIH, lo que supondría un descenso del 35% respecto al año 2000. De forma que sigue creciendo el número de personas que viven con el virus, en parte debido a que más gente está en tratamiento y, por tanto, con una mayor supervivencia que antes de la aparición del tratamiento antirretroviral (TAR) en 1996.

ONUSIDA anuncia que, a pesar de no estar disponible aún una vacuna efectiva, ni existir un tratamiento curativo, estamos en disposición de luchar contra la epidemia y alcanzar una situación de control, si hacemos los esfuerzos necesarios para garantizar el acceso al tratamiento a todas las personas con VIH.

Por ello, ha lanzado la iniciativa Fast-Track, una vía acelerada para combatir el sida y el VIH, que entre sus objetivos incluye el implementar la llamada Estrategia 90-90-90, que busca que en 2020, el 90% de todas las personas infectadas con el VIH estén diagnosticadas, el 90% de las diagnosticadas reciba tratamiento y que el 90% alcance una situación de carga viral indetectable.

La consecución del objetivo 15 para el 2015, que suponía alcanzar los 15 millones de personas tratadas en 2015, ofrece un importante ejemplo de que los avances son posibles, si bien, se alerta de que todavía hay en el mundo 22 millones de personas que no tienen acceso al TAR, muchos de los cuales son niños.

Descendiendo a un nivel más próximo, la situación del VIH en la Comunidad de Madrid es también un problema importante, ya que cada año se diagnostican más de 1000 nuevas infecciones por VIH, un 43% de los cuales son diagnósticos tardíos (menos de 350 CD4) que comprometen la respuesta al tratamiento, supervivencia y calidad de vida.



Además, se estima que una de cada tres personas que viven con VIH en nuestra Comunidad lo desconoce, lo que supone un problema para el cuidado de su salud, pero también un problema a nivel poblacional, ya que se sabe por diferentes estudios que la transmisión se reduce enormemente en situación de carga viral indetectable y que en más del 50% de las nuevas infecciones están implicadas personas con VIH que desconocen su seroestatus. Por tanto, el desconocimiento y también el estigma y la discriminación que aún hoy sufren las personas con VIH continúan siendo no sólo un grave problema a combatir, siendo también una importantísima barrera en el control de la epidemia.


Sabemos que aunque todas las personas somos susceptibles de adquirir el VIH, la epidemia no se distribuye de forma homogénea en la población sino que identificamos determinados colectivos más vulnerables a la infección, que pueden variar según el área geográfica o a lo largo del tiempo. Véase en nuestro país como en los comienzos de la epidemia, las personas usuarias de drogas inyectadas fueron el colectivo más castigado (hoy menos del 4% de los nuevos diagnósticos) y como ahora es la transmisión sexual la responsable del 95% de los casos. 

Y aquí es donde entran en juego no solo factores de tipo biológico sino también aquellos determinantes sociales de vulnerabilidad tanto a nivel individual, como micro y macro-estructurales que condicionan nuestro nivel de información, nuestras actitudes y creencias y, por último, nuestros comportamientos.

En la relevancia de trabajar con los colectivos más vulnerables a la infección que, en muchos casos, se trata también de colectivos desfavorecidos socialmente y a los que difícilmente accedemos desde el sistema sanitario, radica la necesidad del trabajo coordinado y en red con las múltiples asociaciones y ONGs de nuestra Comunidad comprometidas con la lucha contra el VIH/sida y con la atención a estos colectivos como el LGBTI, las personas que ejercen prostitución, las personas inmigrantes, etc. realizan un trabajo enorme con unos medios muy escasos y por eso, desde aquí quiero reivindicar su labor y la necesidad de apoyarlos antes de que su situación los lleve a la extinción. 

Es importante apostar por la inversión de recursos para la prevención y el diagnóstico precoz (actualmente el presupuesto en prevención de la Consejería de Sanidad es aproximadamente el 0,3% de lo que gasta en TAR) y recuperar estrategias como la línea de subvenciones específica para proyectos de prevención de VIH de la Comunidad de Madrid, desaparecida hace cuatro años y que apoyaba la realización de numerosas y valiosas intervenciones.

También quiero aprovechar para resaltar el trabajo desarrollado desde diferentes instituciones como ayuntamientos, salud pública, atención primaria, etc. donde sus profesionales se implican en la lucha contra el sida todo el año y, en especial, en estas fechas con actos tan interesantes como éste al que acudimos ayer invitados por el Centro de Salud de Lavapiés, que dirige un programa de radio quincenal sobre salud en una emisora local. 
Ojalá un día no muy lejano podamos compartir la noticia de que hemos ganado la batalla al sida.





Mónica Morán Arribas. Técnica de Salud Pública





Red de centros y servicios de prevención y diagnóstico precoz
  • Tienen como objetivo promover el diagnóstico precoz del VIH de los grupos de población más vulnerables a la infección. En ellos se realizan pruebas rápidas de VIH y consejo preventivo sobre VIH/ITS.
  • A estos servicios pueden acudir todas las personas que quieran conocer su estado serológico en relación al VIH/ITS hayan tenido o no prácticas de riesgo en relación con estas enfermedades. Son gratuitos.
  • Los Servicios de prevención y diagnóstico precoz se ofrecen desde ciertos centros de salud elegidos por razones epidemiológicas y sociodemográficas, en sedes de ciertas ONG o en unidades móviles sanitarizadas.

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