martes, 6 de octubre de 2015

Educación para la Salud en PREVENCIÓN secundaria, terciaria y cuaternaria. ¿Las grandes olvidadas?

La Promoción de la Salud es una parte de la base de la Educación Sanitaria, con la cual enseñamos a la población estilos de vidas, formas de alimentación, posibles cambios a realizar para intentar llevar una vida saludable y evitar enfermedades.
Deberíamos hacer un gran esfuerzo en invertir en la promoción, ya que conlleva una mejora en la calidad de vida, un gran ahorro en el sistema sanitario (a medio-largo plazo, pero un gran ahorro), etc. No obstante, y, en ciertas ocasiones (más de las qué quisiéramos), bien por no ser suficiente, por no seguir estos consejos o debido a otras causas subyacentes, puede ocurrir un evento adverso como un accidente o una enfermedad. 

Otra parte de la base de la Educación para la Salud (EpS) sería la Prevención: prevención primaria, secundaria, terciaria y cuaternaria. A estas alturas, todos tenemos claro que la prevención primaria va de la mano de la promoción e interactúa con ella en todas sus fases, especialmente en las medias y finales, para evitar ese accidente o enfermedad que hemos comentado anteriormente, por lo tanto, ocupan la mayor parte de la base de la EpS. Todos somos conscientes de que es necesario que la población conozca cómo prevenir estos sucesos, pero la cosa va cambiando según avanzamos a la prevención secundaria, terciaria y cuaternaria. Una parte de la población y de algunos profesionales, creen que esta prevención es de dominio exclusivo para los profesionales de la salud y no centramos la EpS en estas partes de la prevención. Y, aunque ya he dicho anteriormente que la promoción y prevención primaria deberían ocupar gran parte de nuestros esfuerzos, no nos podemos olvidar de estas tres amigas más, que deberían estar en el día a día de la ciudadanía. 

Con todo esto, he de deciros que afortunadamente existen muchos profesionales conscientes de esto; por ejemplo, del 28 de septiembre al 2 de octubre, se ha celebrado la Semana del Corazón 2015, organizada por la Fundación Española del Corazón, donde se fomentan hábitos de vida saludables como talleres de cocina, marchas saludables, talleres de zumba, charlas informativas, etc.; y de repente, nos encontramos con… (aunque he de admitir que no en todos los municipios)… talleres de RESUCITACIÓN CARDIOPULMONAR (RCP) que enseñan a actuar ante un paro cardiaco. 

Algunos se preguntarán que si la RCP, que se engloba dentro de los primeros auxilios, deberíamos incluirla en la base de la Educación para la Salud. PUES SÍ!! Y es que el ciudadano, como primer eslabón de la cadena de supervivencia, TIENE que estar preparado para responder ante una situación de emergencia, en este caso sanitaria y recalco lo de que TIENE y no que debería. Mejorar su capacidad de respuesta ante estas situaciones debería ser un propósito principal para las actividades de EpS y para lograr dicho objetivo necesitamos llegar al mayor número posible de ciudadanos favoreciendo el acceso a esta formación. Por este motivo, todos los ciudadanos deberían de tener unos conocimientos básicos en materia de autoprotección y primeros auxilios, que les permitan saber actuar ante una situación crítica, pedir ayuda y saber qué NO hacer y qué hacer mientras se espera la llegada de los servicios de emergencia. Si esta formación se empezase a dar en etapas de la infancia temprana, podría interiorizarse para que se sepa actuar en cualquier situación de riesgo, evitando un riesgo mayor y finalmente ayudar a una salvar vida. Y aunque recientemente se englobó esta materia en currículo escolar, todavía nos queda un largo camino para conseguir este fin. 

Y es que, el reconocimiento de situaciones de riesgo en las que se pueda iniciar medidas de autoprotección, la alerta a los servicios de urgencias, el evitar accidentes sobrevenidos realizando una correcta valoración y protección de la escena y la actuación ante situaciones médicas emergentes con ciertas maniobras, que si bien son básicas, pueden ayudar o su inicio ser imprescindible para salvar una vida, se encuentran a caballo entre los distintos tipos de prevención, no quedando claro a quién corresponde su enseñanza. 

Somos todos los profesionales los encargados de conseguir este fin, pero principalmente desde SALUD PÚBLICA no deberíamos olvidar que aunque nuestro sueño sería tener tan arraigadas las conductas de promoción de la salud y prevención primaria y que no sucediesen eventos adversos, las cosas pasan y debemos estar preparados, y la mejor base es una correcta y completa Educación para la Salud, que como me decía mi abuela “mujer precavida vale por dos”. Y aunque sí se va haciendo cada vez más hincapié en la prevención como base de la EpS, os dejo dos vídeos de dos campañas muy potentes de la Fundación Británica del Corazón y de la Fundación del Corazon e Infarto Cerebral de Canada  sobre RCP, dirigidas a población general. No dejéis de verlos!! 

Y me despido, no sin antes recordaros que próximamente se actualizarán las recomendaciones mundiales sobre soporte vital en las que incluimos la RCP. Os dejo un adelanto por si le queréis echar un vistazo, pero ante todo recordad que las recomendaciones para personal lego (población general), difieren un poco de las dirigidas al personal sanitario Revista Electrónica de Medicina Intensiva. Para los profesionales del enfermo crítico

Y vosotros ¿SABRÍAIS QUÉ HACER? 

Laura Pérez Arcones. Técnica de Salud Pública

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