jueves, 17 de septiembre de 2015

¿Buenos tiempos?... para la Salud Pública

 

Casi a la vez que nacía este blog se recuperaba en la Comunidad de Madrid la Dirección General de Salud Pública. Y al frente, una DirectorA General, con A mayúscula porque en esto, como en muchas otras cosas, el género también importa. Pero Carmen Yolanda Fuentes Rodríguez no ocupa ese puesto por ser mujer. Ella es médicA y especialista en medicina preventiva y Salud Pública.

Todo empezó poniendo al mando de la Consejería de Sanidad a un médico y enfermero, catedrático en Educación para la Salud. No sabemos cómo resultará poner al “médico de la tele” (como algunos insisten en llamar a Jesús Sánchez Martos) dirigiendo la política sanitaria de la Comunidad de Madrid. Es pronto para valorar su gestión, apenas han transcurrido los 100 días de gracia que se le conceden a todo gobierno. Pero, de primeras, se atisba un cambio, al menos estético, cuando la presencia de los profesionales de Salud Pública en la Consejería adquiere una cierta relevancia.

El rumbo que parece haber emprendido la Comunidad de Madrid en cuestiones de Salud Pública contrasta con el devenir, o tal vez de-volver (al más puro estilo gardeliano), de la Escuela Nacional de Sanidad. La institución, otrora templo de la Salud Pública, anda ahora descabezada y de capa caída como publicaba la Cadena SER en su página web este verano.

Precisamente sobre la necesidad de un organismo a nivel nacional que lidere el avance en cuestiones de Salud pública trataba el segundo punto del posicionamiento “Protege tu salud con tu voto”, elaborado por la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (SESPAS) en el mes de mayo. En el documento se abordaba, entre otros asuntos, la necesidad de dotar a la Salud Pública “de un marco jurídico moderno y estable y de apoyo político”, defendiendo, en este contexto, la creación de un “Centro Estatal de Salud Pública a partir de las instalaciones y equipos existentes y al servicio del conjunto de las administraciones del Estado”

Y este fenómeno de reivindicación de hacer más y mejor en Salud Pública trasciende las fronteras nacionales. La UK’s Faculty of Public Health (agrupación de profesionales de salud pública) publicaba un manifiesto de la Salud Pública titulado “Start well, Live better”. Sin ánimo de ser una enumeración exhaustiva de las medidas de los cambios necesarios en Salud Pública, este documento recoge las áreas prioritarias en las que se precisa una actuación urgente. Se trata de 12 propuestas que todo gobierno que busque crear una sociedad más justa y saludable debe poner al frente de su plan de acción de Salud Pública.

Desde Asturias, Rafa Cofiño analiza en su blog las propuestas de este manifiesto y las pone en relación con el posicionamiento de SESPAS. También pone sobre la mesa un comentario de la American Journal of Public Health que expone la evolución histórica de Salud Pública, desde la protección de la salud, pasando por el control de miasmas, el control de contagios, la medicina preventiva, la atención primaria de la salud hasta llegar a la promoción de la salud. 

Porque la Salud Pública también se ha subido a la ola de la regeneración. Desde hace un tiempo se viene hablando de “la Nueva Salud Pública”. Este término, acuñado ya en los años 90, incluye como objetivo fundamental, aprovechar las lecciones aprendidas de los éxitos y los fracasos en el control de enfermedades y las medidas de promoción y prevención para combatir los riesgos y amenazas existentes, emergentes y reemergentes. Hace especial hincapié en:

  • la cooperación entre los gobiernos y la comunidad; 
  • el abordaje de las inequidades en salud, el acceso a los servicios y la calidad de los cuidados; 
  • la lucha permanente contra las enfermedades transmisibles del pasado y el presente (como la malaria o la tuberculosis), así como contra los nuevos focos de enfermedades transmisibles (como la fiebre del Nilo Occidental o el Chikungunya);
  • los déficit nutricionales y las patologías crónicas asociadas al envejecimiento de la población; 
  • la promoción de estilos de vida saludables, incluyendo la práctica de ejercicio físico y los hábitos alimenticios; 
  • la prevención de accidentes; 
  • la lucha contra la violencia y contra las adicciones; 
  • y, por supuesto, estar preparados para adaptarnos a los nuevos avances en investigación, genética y nanotecnología.

    Y todo esto desde la perspectiva de la medicina basada en pruebas (Evidence Based Medicine, en inglés) y con un enfoque interdisciplinar e inclusivo para las múltiples organizaciones que componen nuestra sociedad.

    De esta forma, si la voluntad de estos renovados dirigentes de Sanidad y de Salud Pública es liderar un avance hacia la Nueva Salud Pública, tienen camino por recorrer. Y en la línea de salida el Plan de Promoción de la Salud y Prevención, cuya última edición alcanzaba sólo hasta 2013. Un nuevo plan podría ser la oportunidad de demostrar a los ciudadanos y a los profesionales que los cambios en la Comunidad de Madrid no han sido meramente estéticos y, por supuesto, una excusa perfecta para implementar todas estas líneas estratégicas que la Nueva Salud Pública propugna.



Laura Chamorro González, Técnica en Salud Pública

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