La Consejería de Sanidad puso en marcha hace unas semanas el Plan de Vigilancia y Control de los efectos del calor durante 2015 y en el que se informa que la mayor parte de la mortalidad se produce en personas mayores, muchas de las cuales arrastran graves problemas de salud (cardíocirculatorios, respiratorios, etc.) que por sí mismos podrían explicar el fallecimiento, pero que se ven agravados por efecto de las altas temperaturas. Y quizás por algún determinante de tipo social más importante aun si cabe ¿no?. Por ejemplo por el tipo de vivienda, por la existencia de insuficientes recursos económicos y de un adecuado apoyo sociosanitario y familiar.
Hay muchas viviendas insuficientemente preparadas para las olas de calor como esta que se está produciendo en Madrid. Falta de ascensores en ciertos barrios, falta de aislamiento adecuado, falta de aire acondicionado y a veces falta de equipamiento adecuado de los cuartos de baño en viviendas de edificación antigua. Problemas que conllevan aislamiento de la persona del mundo exterior y temperatura y confort ambiental muy precario para prevenir los efectos nocivos del calor hacia la salud.
Muchas personas mayores no cuentan con suficientes recursos para hacer frente a modificaciones estructurales de la vivienda y su entorno. Se requieren más ayudas públicas para estas necesarias reformas sobre todo en las zonas urbanas de edificación más antigua.
Recordamos el buen trabajo de asistencia y acompañamiento que contra viento y marea, llevan a cabo los servicios sociales municipales y otras entidades cívicas con personas mayores vulnerables. Este tipo de servicios es clave siempre y más aun en estas temporadas de olas de calor. Es necesario llamarles frecuentemente a través de la teleasistencia y chequear su situación, pero sobre todo poner remedio a su aislamiento y soledad.
La red social de proximidad a estas personas tiene un importante papel. A parte de las familias, también están los vecinos y vecinas de escalera, de barrio y calle. Revitalizar nuestro espíritu solidario y estar un poco más pendientes de estas personas que conocemos y valoramos.
Desde luego, el calor no afecta a todos por igual. Los determinantes socioeconómicos son los responsables de esta otra desigualdad y por otro lado esta ola de calor mantenida que está sufriendo Madrid, está muy relacionada con el cambio climático que el planeta Tierra experimenta desde hace décadas.
Se trata de un problema que interesa no sólo al ciudadano de la calle. En el mes de Mayo, el Papa Francisco, ha publicado una encíclica "Laudato Si, sobre el cuidado de la casa común" en la que entre otros temas trata de los efectos del cambio climático sobre las personas y expone argumentos teológicos, científicos y morales para desarrollar estrategias contra el cambio climático que tildó de "urgentes e imperiosas".
El calor que sufre estas semanas Madrid, claro que también tiene que ver con el cambio climático y también le es aplicable la reflexión del documento papal. Esta comunidad, necesita una estructura de Salud Pública adecuada y fuerte que atienda las necesidades de más de seis millones de habitantes, que promueva el trabajo intersectorial con la asistencia primaria y especializada y desde luego con la importante red de instituciones sociosanitarias existentes. Una Salud Pública que tenga más en cuenta a los profesionales y que tenga voz y voto en la toma de decisiones del Consejo de Gobierno, para que estas sean favorables y promotoras de la salud, para conseguir más igualdad social y por supuesto contra el cambio climático.
El calor, no afecta a todas las personas por igual. ¿Sabes cómo lo hace con las personas de tu alrededor? ¿Te importa?
Ramón Aguirre Martin-Gil. Técnico de salud pública y promoción de la salud
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