Faustina Sáez de Melgar |
La presencia de la mujer a lo largo de la Historia, en todos los espacios de la vida, está en obras. Sí, en obras: pinturas rupestres, textos, cuidados, cuadros, libros, películas, invenciones, etc. invisibilizadas en ausencia de dotación presupuestaria para investigar, en cajones, en despachos, en depósitos de las pinacotecas, en registros de patentes…
Arturo Asensio |
Estas labores
están devaluadas socialmente y son gratuitas o semigratuitas, ya que el desempeño es de mujeres. Esta situación se
perpetúa cuando no hay legislación suficiente y/o no hay presupuesto económico
que apoye lo legislado (Ley de Dependencia
y Violencia
de género). En caso de que el trabajo de cuidados sea remunerado, el aporte
económico está muy devaluado: auxiliares de cuidados a domicilio, camareras de
piso, trabajadoras domésticas internas o por horas, etc.
Esta
circunstancia, unida a la baja o nula cotización a la Seguridad Social, crea un
puzzle que deja a la mujer en una situación de precariedad en relación a la del
hombre. A esto se añaden las condiciones específicas de las mujeres en el mundo
lo que conduce a la feminización de la
pobreza, según nos cuenta en su Informe
de 2017 de ESFeres, Ingeniería Sin Fronteras.
Estas
obras-hechos del día a día, estos cuidados, se reciben de forma cíclica a lo
largo de todas las etapas vitales hasta la muerte y, con especial intensidad,
en algunos momentos donde la demanda y el grado de dependencia es mayor
(infancia, enfermedades, diversidad funcional, vejez).
Pero la especie
humana es vulnerable y finita.
En este
espejismo de potencialidad infinita e inmortalidad, el ser humano se
deshumaniza influido por la propia comodidad, la mercantilización, la productividad,
la competitividad, la especialización y la cosificación cuando “algo” no nos resulta agradable.
Pudiendo caer también en ese encarnizamiento terapéutico de uso de técnicas y
tratamientos hasta la extenuación, con el daño que eso supone para la persona
atendida y/o sus familiares. Perdiendo así lo magnífico del ser humano integral y diverso.
No somos
personas enfermas por partes, somos un todo, y no hay enfermedades, hay
personas enfermas. No hay suficiente investigación, por el momento, en el
abordaje de las diferentes patologías, teniendo en cuenta el enfoque de género
(sintomatología, posología de tratamientos farmacológicos, efectos secundarios
diferentes, etc).
La mayoría de los estudios
de investigación se han realizado en hombres extrapolando a las mujeres esos resultados.Se ha podido comprobar cómo ha afectado de manera distinta en ambos casos. Esta transformación en la mirada se empieza a tener en cuenta con una mayor sensibilización.
¿Por qué y para qué inventar nuevas
enfermedades que “sólo” ocurren en mujeres cuando se trata de procesos vitales? Revisemos los diagnósticos y sobre
todo las sensibilidades, empatías y el enfoque de género.
Debería alarmarnos la “hiperfrecuentación” al sistema sanitario de las mujeres ¡¡ALGO ESTÁ PASANDO!!
Debería alarmarnos la “hiperfrecuentación” al sistema sanitario de las mujeres ¡¡ALGO ESTÁ PASANDO!!
Se me
ocurre también pensar en ese tiempo próximo a la expiración; la importancia de
un buen acompañamiento para cualquier persona, con o sin diagnóstico clínico de
enfermedad. Estos cuidados, llamados paliativos, en algunos casos, pondrían de
manifiesto otro desajuste más entre la demanda de cuidados para una vida y una
muerte dignas y los recursos destinados a su cobertura. Estos cuidados también
los llevan a cabo principalmente mujeres.
Los
cuidados y el buen trato forman parte de un territorio universal, para hombres
y mujeres, que contempla los derechos humanos de la población mundial, tanto en
el ámbito público como en el privado.
Invito a
la reflexión individual y colectiva para generar estrategias de restauración y
reparación en la salud de las mujeres (más del 50% ).Esto redundará en el estado de salud de la población mundial en general.
El coste en la salud de las
mujeres por cuidar el mundo está siendo muy alto para nosotras y muy bajo para los sistemas de protección, que han hecho dejación de sus funciones en este llamado estado de bienestar.
Cristina Hidalgo Fernández. Técnica en
Salud Pública.
Espaciosde Igualdad
- En los 8 Espacios de Igualdad existentes se potencia el avance hacia una igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres, visibilizando las brechas de género y trabajando de manera especial con la población joven, mediante acciones de sensibilización, empoderamiento y actuaciones de carácter comunitario.
- Se ofrecen servicios de atención individualizada en las áreas psicológica, jurídica y de desarrollo profesional, además del servicio de asesoramiento técnico especializado en el enfoque integrado de género, por parte de las Agentes de Igualdad de los distritos en los que están localizados: Arganzuela, Carabanchel, Chamberí, Moratalaz, Tetuán, Vicálvaro y Villaverde.
- Para recibir cualquier tipo de atención psicosocial de las ofertadas en cada Espacio, la persona interesada debe solicitar cita previa.
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