Con motivo de la celebración de la Semana Mundial de
la Inmunización, este año 2017, la OMS ha escogido un sencillo lema “Las vacunas
funcionan”.
El
objetivo de la campaña de este año es sensibilizar al público, subrayar la
importancia de la inmunización como prioridad sanitaria, promover el
conocimiento de las medidas necesarias para lograr la aplicación del Plan de Acción Mundial sobre Vacunas 2012-2020 y considerar la inmunización en el marco del desarrollo sostenible y de la
seguridad sanitaria mundial.
Las vacunas
preventivas han
sido uno de los grandes logros del ser humano en estos últimos 200 años. Han
evitado millones de muertes y discapacidades, y son una de las intervenciones
de salud más coste-efectivas para garantizar la prevención de la salud de la
población. La administración sistemática de vacunas afecta social y
culturalmente. Desde finales del siglo XIX va unida al desarrollo de la
microbiología, la inmunología, la farmacología y la epidemiología moderna, con
gran repercusión tecnológica y económica.
Las
vacunas han conseguido la eliminación mundial de enfermedades como la viruela,
erradicada en 1980, y prácticamente la
polio, que ha quedado circunscrita a cuatro países: Afganistán, Nigeria, Laos y
Pakistán. La OMS tiene como objetivo y prioridad para 2020 la erradicación de
la forma de virus de polio salvaje, la eliminación del tétanos neonatal, del
sarampión, de la rubeola y con ello del síndrome de rubeola congénita.
Un
simple recuerdo de dos de los grandes hitos de la vacunación desde hace más de
200 años:
Aunque
la variolización ya se
practicaba en la India y China siglos atrás mediante la inhalación de polvo de costras
de enfermos de viruela y técnicas similares, fue Edward Jenner en 1796 con su
fluido vacuno, quien realizó la primera vacunación de la historia y el primer
estudio extenso sobre la materia.
Movimientos ciudadanos en busca de la vacuna de la polio
Muy
distinta fue la campaña de vacunación masiva de la polio. A mediados del siglo
XX en Estados Unidos, país muy castigado por la polio, se formó la NFIP (FundaciónNacional para la Parálisis Infantil); en esta ocasión la estigmatización por
las secuelas de la polio movilizó a la ciudadanía de forma que las
investigaciones se sufragaron con donaciones. Gracias a la conocida
popularmente como March of Dines
–marcha de los diez centavos- se promovieron actividades investigadoras,
terapéuticas y sociales en una desesperada búsqueda por paliar las secuelas de
la enfermedad tras varios brotes epidémicos, y desarrollar una vacuna que
llegaría en 1953 de la mano de Salk.
Nuevos retos en el siglo XXI
Las
actividades de inmunización que se están desarrollando en estos momentos
generan grandes desafíos.
La OMS en el Plan de Acción Mundial sobre Vacunas 2011-2020 basa estas actividades en progresar hacia el logro de seis objetivos estratégicos:
- Compromiso de los países con la Inmunización como prioridad, con la presencia de un marco jurídico que garantice la financiación y un grupo consultivo técnico.
- Responsabilidad compartida de individuos y comunidades, que aumente la demanda y la confianza del público en la vacunación.
- Acceso equitativo a la inmunización como derecho a la salud.
- Integración y coordinación de la inmunización en los sistemas de salud, lo que se evalúa con los datos de las coberturas de vacunación.
- Sostenibilidad de los programas de inmunización, gracias a una mejor gestión y supervisión de costos financiados por los presupuestos públicos.
- Innovación en investigación y desarrollo a nivel nacional y mundial, que mejore la calidad en todos los aspectos de los programas de inmunización.
El
desarrollo y compromiso de un país
se medirá por la capacidad institucional y técnica para implementar programas
de vacunación acordes a sus condiciones poblacionales y epidemiológicas.
Innovación: vacunas
más eficientes
Además, un diseño más racional de vacunas las hará más eficaces, sin jeringas para su administración, termoestables para adaptarse a las necesidades y limitaciones de los países, menos costosas y más fáciles de fabricar y distribuir; conservando su seguridad y eficacia.
Además, un diseño más racional de vacunas las hará más eficaces, sin jeringas para su administración, termoestables para adaptarse a las necesidades y limitaciones de los países, menos costosas y más fáciles de fabricar y distribuir; conservando su seguridad y eficacia.
En
estos momentos se llevan a cabo ensayos de “nuevas” estrategias de vacunación
como la vacunación perifocal (“en anillo”), método ya empleado en la vacunación
antivariólica y que consiste en vacunar a todas las personas que han estado en
contacto con un individuo infectado y a sus contactos, formando un anillo
protector de la inmunidad que evite la propagación del virus.
La nueva Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible insta a los gobiernos a financiar la investigación y el desarrollo de nuevas vacunas para el dengue, el paludismo, el ébola o la infección por el virus del Zika. Las actividades de investigación y desarrollo de nuevas vacunas deben priorizar en tecnologías eficaces en el desarrollo de las vacunas (biología de sistemas, nanotecnología, biología estructural y metabolómica). Y por supuesto, en expertos en tecnologías de la información.
La nueva Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible insta a los gobiernos a financiar la investigación y el desarrollo de nuevas vacunas para el dengue, el paludismo, el ébola o la infección por el virus del Zika. Las actividades de investigación y desarrollo de nuevas vacunas deben priorizar en tecnologías eficaces en el desarrollo de las vacunas (biología de sistemas, nanotecnología, biología estructural y metabolómica). Y por supuesto, en expertos en tecnologías de la información.
Ante
la falta de confianza en las vacunas de algunos grupos “antivacunas” y el
boicot al que se han sido sometidas las vacunaciones en algunos países, como sucedió
con la polio en el norte de Nigeria hace unos años, el equipo de tareas de
promoción de la Alianza Mundial para Vacunas e Inmunización (Alianza GAVI)
trabaja en la comprensión de los factores sociales, culturales o políticos que
puedan explicar estas posturas de rechazo y diseña estrategias de comunicación
que afronten los factores determinantes de esta inseguridad y desconfianza, como
el temor a las reacciones adversas, conceptos religiosos o ideológicos, e
incluso el reto que supone Internet por la rapidez de difusión de rumores a
nivel mundial.
Susana García Gómez. Enfermera. Técnica en Salud Pública
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