jueves, 27 de abril de 2017

Semana Mundial de la Inmunización 2017: las vacunas funcionan

Con motivo de la celebración de la Semana Mundial de la Inmunización, este año 2017, la OMS ha escogido un sencillo lema “Las vacunas funcionan”.

El objetivo de la campaña de este año es sensibilizar al público, subrayar la importancia de la inmunización como prioridad sanitaria, promover el conocimiento de las medidas necesarias para lograr la aplicación del Plan de Acción Mundial sobre Vacunas 2012-2020 y considerar la inmunización en el marco del desarrollo sostenible y de la seguridad sanitaria mundial.


Las vacunas preventivas han sido uno de los grandes logros del ser humano en estos últimos 200 años. Han evitado millones de muertes y discapacidades, y son una de las intervenciones de salud más coste-efectivas para garantizar la prevención de la salud de la población. La administración sistemática de vacunas afecta social y culturalmente. Desde finales del siglo XIX va unida al desarrollo de la microbiología, la inmunología, la farmacología y la epidemiología moderna, con gran repercusión tecnológica y económica.

Las vacunas han conseguido la eliminación mundial de enfermedades como la viruela, erradicada en 1980,  y prácticamente la polio, que ha quedado circunscrita a cuatro países: Afganistán, Nigeria, Laos y Pakistán. La OMS tiene como objetivo y prioridad para 2020 la erradicación de la forma de virus de polio salvaje, la eliminación del tétanos neonatal, del sarampión, de la rubeola y con ello del síndrome de rubeola congénita.
Un simple recuerdo de dos de los grandes hitos de la vacunación desde hace más de 200 años:

Aunque la variolización  ya se practicaba en la India y China siglos atrás mediante la inhalación de polvo de costras de enfermos de viruela y técnicas similares, fue Edward Jenner en 1796 con su fluido vacuno, quien realizó la primera vacunación de la historia y el primer estudio extenso sobre la materia.

Pocos años después, en 1803, se llevó a cabo la primera campaña de vacunación internacional de la historia de la mano del médico alicantino Francisco Xavier de Balmis y Berenguer, que dirigió la Real Expedición Filantrópica de la vacuna, la primera intervención de Salud Pública a nivel internacional. Subvencionada por la Real Hacienda española, la expedición fue promovida por el rey Carlos IV en auxilio de las poblaciones indígenas mejicanas diezmadas ante un nuevo brote de viruela. La vacuna de la viruela fue llevada a América “brazo a brazo” por 22 niños huérfanos de entre 8 y 10 años a los que se iba inoculando el fluido vacunal, de forma que se convertían en portadores vivos de la vacuna con la que se consiguió proteger a muchos otros niños que también sirvieron de portadores, y a cientos de miles de personas desde las islas Canarias hasta Filipinas pasando por Puerto Rico, Venezuela, Cuba, Guatemala, Méjico, Ecuador, Perú y Chile. Todo ello en varias expediciones que duraron hasta 1806. En su equipo el doctor Balmis contaba con Isabel de Zendal, rectora del hospicio, que se ha convertido en la primera enfermera de vacunas en campaña internacional. 

Movimientos ciudadanos en busca de la vacuna de la polio

Muy distinta fue la campaña de vacunación masiva de la polio. A mediados del siglo XX en Estados Unidos, país muy castigado por la polio, se formó la NFIP (FundaciónNacional para la Parálisis Infantil); en esta ocasión la estigmatización por las secuelas de la polio movilizó a la ciudadanía de forma que las investigaciones se sufragaron con donaciones. Gracias a la conocida popularmente como March of Dines –marcha de los diez centavos- se promovieron actividades investigadoras, terapéuticas y sociales en una desesperada búsqueda por paliar las secuelas de la enfermedad tras varios brotes epidémicos, y desarrollar una vacuna que llegaría en 1953 de la mano de Salk. 

Nuevos retos en el siglo XXI

Las actividades de inmunización que se están desarrollando en estos momentos generan grandes desafíos.

La OMS en el Plan de Acción Mundial sobre Vacunas 2011-2020 basa estas actividades en progresar hacia el logro de seis objetivos estratégicos:

  • Compromiso de los países con la Inmunización como prioridad, con la presencia de un marco jurídico que garantice la financiación y un grupo consultivo técnico.
  • Responsabilidad compartida de individuos y comunidades, que aumente la demanda y la confianza del público en la vacunación.
  • Acceso equitativo a la inmunización como derecho a la salud.
  • Integración y coordinación de la inmunización en los sistemas de salud, lo que se evalúa con los datos de las coberturas de vacunación.
  • Sostenibilidad de los programas de inmunización, gracias a una mejor gestión y supervisión de costos financiados por los presupuestos públicos.
  • Innovación en investigación y desarrollo a nivel nacional y mundial, que mejore la calidad en todos los aspectos de los programas de inmunización.
El desarrollo y compromiso de un país se medirá por la capacidad institucional y técnica para implementar programas de vacunación acordes a sus condiciones poblacionales y epidemiológicas.

Innovación: vacunas más eficientes


Además, un diseño más racional de vacunas las hará más eficaces, sin jeringas para su administración, termoestables para adaptarse a las necesidades y limitaciones de los países, menos costosas y más fáciles de fabricar y distribuir; conservando su seguridad y eficacia.
En estos momentos se llevan a cabo ensayos de “nuevas” estrategias de vacunación como la vacunación perifocal (“en anillo”), método ya empleado en la vacunación antivariólica y que consiste en vacunar a todas las personas que han estado en contacto con un individuo infectado y a sus contactos, formando un anillo protector de la inmunidad que evite la propagación del virus.

La nueva Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible insta a los gobiernos a financiar la investigación y el desarrollo de nuevas vacunas para el dengue, el paludismo, el ébola o la infección por el virus del Zika. Las actividades de investigación y desarrollo de nuevas vacunas deben priorizar en tecnologías eficaces en el desarrollo de las vacunas  (biología de sistemas, nanotecnología, biología estructural y metabolómica). Y por supuesto, en expertos en tecnologías de la información.

Ante la falta de confianza en las vacunas de algunos grupos “antivacunas” y el boicot al que se han sido sometidas las vacunaciones en algunos países, como sucedió con la polio en el norte de Nigeria hace unos años, el equipo de tareas de promoción de la Alianza Mundial para Vacunas e Inmunización (Alianza GAVI) trabaja en la comprensión de los factores sociales, culturales o políticos que puedan explicar estas posturas de rechazo y diseña estrategias de comunicación que afronten los factores determinantes de esta inseguridad y desconfianza, como el temor a las reacciones adversas, conceptos religiosos o ideológicos, e incluso el reto que supone Internet por la rapidez de difusión de rumores a nivel mundial.

Susana García Gómez. Enfermera. Técnica en Salud Pública 


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